¿Por qué 2025 es un año decisivo para la industria alimentaria en España?

¿Qué tienen en común el cambio climático, la presión regulatoria europea, las nuevas tecnologías y la transformación del consumidor? Todos son factores que, en 2025, están redefiniendo el presente y el futuro de la industria alimentaria española.

En este contexto, la seguridad alimentaria ya no es solo un requisito legal o una barrera técnica para exportar: es un eje estratégico para la confianza, la competitividad y la sostenibilidad de las empresas del sector.

La industria alimentaria representa uno de los pilares de la economía española: con más de 30.000 empresas, es el primer sector industrial del país en términos de facturación y empleo. Pero también es uno de los más expuestos a factores externos como los eventos climáticos extremos, la inflación importada o las tensiones geopolíticas. A esto se suma una creciente exigencia social y normativa en torno a la inocuidad, el etiquetado transparente, la trazabilidad y el respeto medioambiental.

Frente a este escenario, los operadores del sector deben adaptarse con rapidez y rigor, especialmente en lo que respecta a sus sistemas de gestión de la seguridad alimentaria. El cumplimiento ya no es suficiente: se requiere anticipación, innovación y una cultura de mejora continua.

En este artículo analizamos los principales retos y oportunidades que enfrenta la industria alimentaria en España durante 2025, incorporando en cada punto una visión práctica sobre cómo la seguridad alimentaria forma parte integral de las soluciones.

Contenido

1. Retos climáticos y su impacto en la seguridad de los alimentos

¿Cómo está afectando el cambio climático a la seguridad alimentaria en España?

En 2025, la industria alimentaria española se enfrenta a una realidad que ya no puede obviarse: el cambio climático está alterando profundamente el sistema agroalimentario. Episodios extremos de sequía, lluvias torrenciales, olas de calor y pérdida de biodiversidad no solo impactan en la disponibilidad de materias primas, sino también en su seguridad e inocuidad.

Principales riesgos asociados al cambio climático:

  • Aumento de contaminantes naturales en los cultivos, como las micotoxinas en cereales y frutos secos debido a condiciones de humedad y temperatura más favorables a su desarrollo.
  • Mayor riesgo de proliferación de plagas y enfermedades animales, algunas con potencial zoonótico, que comprometen la bioseguridad en explotaciones ganaderas y acuícolas.
  • Estrés hídrico y calidad del agua utilizada en la industria y la agricultura, lo que puede derivar en contaminaciones microbiológicas o químicas si no se controla adecuadamente.
  • Interrupciones en la cadena de suministro, que afectan los tiempos de conservación, transporte y recepción de productos perecederos, con consecuencias directas en el mantenimiento de la cadena de frío y la prevención de contaminaciones.

Impacto directo en la seguridad alimentaria: El cambio climático incrementa la incertidumbre y exige que los sistemas de autocontrol alimentario se adapten a nuevos escenarios de riesgo. Las matrices alimentarias afectadas requieren revisión de los Puntos Críticos de Control (PCC), mayor frecuencia de análisis y, en muchos casos, el rediseño de protocolos preventivos.

Ejemplo práctico:

Una empresa transformadora de cereales detecta un aumento en los niveles de aflatoxinas en la materia prima nacional durante un verano anormalmente húmedo. Ante ello, se ve obligada a:

  • Incrementar el muestreo y análisis en recepción.
  • Establecer límites más estrictos de aceptación.
  • Cambiar parte de su suministro hacia proveedores de otras regiones con menor incidencia.

Este caso ilustra cómo el cambio climático obliga a ser proactivos, integrando criterios de seguridad alimentaria en las estrategias de abastecimiento y gestión de riesgos.

Oportunidades derivadas:

  • Fortalecer la colaboración entre industria y sector primario para implantar prácticas agrícolas más resilientes y seguras.
  • Incorporar sistemas de vigilancia temprana de riesgos ambientales y biológicos que permitan anticipar problemas.
  • Posicionarse como empresa responsable mediante una comunicación transparente de medidas de seguridad adaptadas al nuevo contexto climático.

2. Presión regulatoria creciente: el nuevo marco normativo de 2025

¿Está preparada la industria alimentaria para cumplir con las nuevas normativas de 2025?

Durante 2025, el sector alimentario español ha experimentado una actualización normativa sin precedentes. Lejos de ser un ejercicio puramente burocrático, estas reformas tienen un efecto directo sobre cómo se gestiona la seguridad alimentaria, cómo se comunican los productos al consumidor y cómo se adaptan las empresas a nuevos compromisos sociales y ambientales.

Principales novedades regulatorias en 2025

1. Real Decreto 562/2025: nuevo marco para los controles oficiales

Este decreto, publicado en julio de 2025, moderniza el sistema de control oficial en la cadena agroalimentaria:

  • Refuerza la coordinación entre administraciones y simplifica trámites.
  • Adapta los controles a nuevas realidades como el comercio electrónico.
  • Deroga normativas desfasadas, como el RD 1945/1983, incorporando criterios actuales de calidad y seguridad.

Implicación para las empresas: Mayor trazabilidad digital, obligación de responder a inspecciones más integradas y enfoque en controles de procesos, no solo de productos finales.

2. Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario

Aprobada en 2025, esta ley exige a las empresas del sector:

  • Elaborar un plan interno de prevención de desperdicio, con medidas de seguimiento.
  • Donar excedentes de forma segura, respetando las condiciones de conservación e higiene.
  • Aplicar descuentos o soluciones logísticas para productos cercanos a su fecha de caducidad.

Relación con la seguridad alimentaria: Las donaciones y redistribuciones deberán respetar estrictos protocolos de trazabilidad, temperatura y vida útil, lo que implica adaptar procedimientos de APPCC y control documental.

3. Reglamento (UE) 2025/351 sobre plásticos en contacto con alimentos

Este reglamento comunitario introduce nuevas exigencias sobre materiales plásticos que pueden estar en contacto con alimentos:

  • Se limitan sustancias químicas asociadas a riesgos para la salud.
  • Se exigen pruebas más rigurosas de migración en envases primarios, especialmente los reutilizables o reciclados.

Impacto en la industria alimentaria: Los fabricantes deben revalidar la conformidad de envases alimentarios y actualizar su documentación de materiales en contacto (MOCA).

4. Autorizaciones de nuevos alimentos (novel foods)

La Comisión Europea ha autorizado en 2025 nuevos ingredientes bajo el reglamento de nuevos alimentos:

  • Por ejemplo, el polvo de larva de Tenebrio molitor tratado con luz UV.
  • Se exige etiquetado con advertencias sobre posibles reacciones alérgicas cruzadas (marisco, ácaros).

Implicaciones: Cualquier empresa que incorpore nuevos ingredientes debe evaluar su impacto sobre alérgenos, etiquetado, riesgos toxicológicos y estabilidad microbiológica.

5. Real Decreto 315/2025: alimentación saludable y segura en centros educativos

Esta norma establece:

  • Criterios estrictos sobre el tipo de alimentos servidos en comedores escolares.
  • Requisitos de calidad nutricional, conservación, seguridad y sostenibilidad.

Relevancia para proveedores del canal HORECA: Deben garantizar que sus productos no solo sean saludables, sino que cumplan con medidas de control preventivo, análisis microbiológicos y gestión de alérgenos.

6. Estrategia Nacional de Alimentación (ENA)

Aunque en fase de desarrollo, esta nueva estrategia anunciada por el Gobierno español contempla:

  • Fortalecer la soberanía alimentaria y la seguridad del suministro.
  • Reforzar la capacidad del país para producir alimentos seguros, sostenibles y trazables ante cualquier crisis (climática, energética o geopolítica).

Enfoque para la industria alimentaria:

En resumen, la normativa de 2025 va más allá del simple cumplimiento. Obliga a las empresas a:

  • Revisar y adaptar sus planes de autocontrol a los nuevos requisitos.
  • Formar al personal técnico y operativo en los cambios regulatorios.
  • Digitalizar registros para facilitar inspecciones y trazabilidad.
  • Actualizar proveedores, materiales y procesos, asegurando su conformidad normativa.

Ejemplo práctico:

Una empresa fabricante de platos preparados revisa su línea de envasado tras la entrada en vigor del Reglamento (UE) 2025/351. Decide cambiar su envase multicapa por otro con menor migración química y mejora el procedimiento de validación del envase con el laboratorio externo. Además, incorpora controles adicionales sobre temperatura de almacenamiento para cumplir con los requisitos de conservación en donaciones bajo la nueva Ley de Desperdicio.

Oportunidades:

  • Demostrar compromiso con la seguridad alimentaria y el cumplimiento normativo, fortaleciendo la confianza de clientes, consumidores y distribuidores.
  • Obtener ventajas competitivas en licitaciones públicas y exportación, gracias al cumplimiento de nuevos estándares europeos exigentes.
  • Prepararse para un entorno en el que el control oficial es más riguroso, pero también más transparente y predecible.

3. Tensión en la cadena de suministro y dependencia exterior

¿Cómo impacta la inestabilidad global en la seguridad alimentaria y operativa de las empresas?

Durante 2025, la cadena de suministro de alimentos en España sigue enfrentando tensiones importantes derivadas de factores como la crisis climática, la inflación energética, los conflictos internacionales y la dependencia de materias primas clave del exterior. Esta situación no solo afecta los costes o la logística, sino que plantea riesgos directos para la seguridad alimentaria, al dificultar el control y la estabilidad del suministro.

Principales desafíos en la cadena de suministro

  • Alta dependencia del exterior: Se estima que más del 80 % de la inflación alimentaria en España proviene de factores externos como el encarecimiento de piensos, energía y fertilizantes importados. (Fuente: Cinco Días – El País, 2025)
  • Inestabilidad en países proveedores: Sequías prolongadas en Sudamérica, restricciones a la exportación en Asia o bloqueos logísticos por conflictos geopolíticos condicionan el acceso a ingredientes como aceite vegetal, soja, cereales o aditivos.
  • Rotura de stock y cambios en proveedores: La necesidad de buscar fuentes alternativas en países con menos controles puede comprometer la trazabilidad y la seguridad de los productos.
  • Tensión en el transporte y la refrigeración: El aumento del coste de combustibles y la escasez de conductores logísticos complican la cadena de frío, especialmente en productos perecederos o refrigerados.

Riesgos para la seguridad alimentaria

  • Falta de trazabilidad en proveedores nuevos o de bajo control oficial, que puede derivar en materias primas contaminadas, mal etiquetadas o con residuos no autorizados.
  • Deterioro en la conservación durante el transporte, especialmente si no se respetan condiciones de temperatura y humedad, aumentando el riesgo microbiológico.
  • Incremento de productos importados de bajo coste y menor exigencia sanitaria, lo que obliga a reforzar controles de entrada y análisis en destino.

Ejemplo práctico:

Una empresa transformadora de conservas vegetales sufre un retraso de 12 días en un pedido de envases metálicos provenientes de Asia. Para mantener la producción, compra envases a un nuevo proveedor europeo sin historial previo. Tras su uso, detecta oxidación en algunos lotes. Se inicia una investigación que revela que los envases no cumplían con los requisitos MOCA. Resultado: retirada de producto, análisis correctivos y revisión completa del proceso de homologación de proveedores.

Oportunidades:

  • Reforzar la evaluación y homologación de proveedores, incluyendo auditorías externas, requisitos documentales y análisis de laboratorio.
  • Desarrollar planificaciones preventivas de abastecimiento que contemplen escenarios de crisis, rotación de inventarios y múltiples orígenes.
  • Apostar por proveedores nacionales o locales siempre que sea viable, lo que mejora la trazabilidad, la rapidez de reacción y la sostenibilidad.
  • Integrar sistemas digitales de trazabilidad y temperatura en tiempo real durante el transporte (especialmente en alimentos frescos o sensibles), aumentando el control y la capacidad de respuesta.

La resiliencia de la industria alimentaria española pasa por garantizar la seguridad alimentaria incluso en contextos de escasez o inestabilidad. Esto implica que la seguridad no puede entenderse solo como una fase del proceso, sino como un criterio que debe acompañar cada decisión de compra, almacenamiento o transporte.

4. Digitalización obligatoria: más allá de la eficiencia

¿Cómo está transformando la digitalización los sistemas de seguridad alimentaria en la industria española?

En 2025, la digitalización en la industria alimentaria ya no es una opción ligada únicamente a la mejora de procesos o a la eficiencia operativa: se ha convertido en una condición indispensable para garantizar la seguridad alimentaria, responder a las exigencias normativas y mantener la competitividad.

Los nuevos marcos legales, la presión de las grandes cadenas de distribución y la necesidad de responder con rapidez ante alertas alimentarias están impulsando una transformación digital acelerada, especialmente en áreas como el control de procesos, trazabilidad, registros y gestión del APPCC.

Principales aplicaciones de la digitalización en seguridad alimentaria

  • Trazabilidad digital en tiempo real: desde la entrada de materias primas hasta la expedición del producto final, con registros automáticos de lote, fecha, proveedor, condiciones de transporte, etc.
  • Digitalización de autocontroles y APPCC: sistemas que registran de forma continua parámetros críticos (temperatura, pH, humedad), alertan desviaciones y permiten auditorías internas más eficientes.
  • Uso de sensores IoT y dispositivos conectados: por ejemplo, para monitorizar temperaturas en cámaras frigoríficas, detectar interrupciones en la cadena de frío o controlar la limpieza automática de equipos.
  • Plataformas integradas de calidad y seguridad alimentaria: permiten gestionar no conformidades, reclamos, registros de limpieza y formación del personal desde un solo entorno.

Beneficios directos en seguridad alimentaria

  • Reducción del error humano en registros manuales.
  • Respuesta rápida ante alertas alimentarias o desviaciones críticas.
  • Mejora de la documentación y evidencia ante inspecciones sanitarias.
  • Facilita el cumplimiento con normas de certificación como IFS, BRCGS o FSSC 22000.

Ejemplo práctico:

Una empresa de productos refrigerados incorpora un sistema digital de registro de temperaturas en sus cámaras y camiones. Al detectar una subida puntual en una unidad móvil durante el reparto, el sistema genera automáticamente una alerta que activa una verificación del lote antes de su puesta en el mercado. La no conformidad se gestiona en la plataforma y se toman medidas correctivas, sin afectar la seguridad del producto ni la reputación de la marca.

Retos para la pyme alimentaria

  • Inversión inicial en tecnologías digitales, especialmente difícil para pequeñas industrias.
  • Falta de formación del personal en nuevas herramientas.
  • Integración con sistemas ya existentes, que muchas veces son analógicos o mixtos.

Oportunidades:

  • Acceder a ayudas públicas o programas de digitalización industrial (como el Kit Digital Agroalimentario o iniciativas autonómicas).
  • Posicionar la empresa como más fiable ante distribuidores, certificadoras y consumidores.
  • Automatizar tareas que consumen mucho tiempo y recursos humanos, liberando al equipo para tareas de análisis y mejora continua.
  • Prepararse para un entorno cada vez más basado en la trazabilidad completa y en el dato seguro como prueba de cumplimiento.

La digitalización no es un fin en sí misma, sino una herramienta estratégica para elevar los estándares de seguridad alimentaria, anticiparse a riesgos y demostrar transparencia ante el consumidor y las autoridades.

5. Nuevas demandas del consumidor y desarrollo de productos: innovación con control

¿Cómo está respondiendo la industria alimentaria a las expectativas del consumidor sin comprometer la seguridad?

En 2025, el consumidor español tiene expectativas mucho más elevadas sobre los alimentos que consume. Valora la salud, la transparencia y la confianza, pero también espera nuevos formatos, ingredientes funcionales y comodidad sin renunciar a la seguridad.

Este cambio ha llevado a la industria a desarrollar productos adaptados, pero cada innovación debe ir acompañada de una revisión profunda de los riesgos y del sistema de control de seguridad alimentaria.

Tendencias de consumo que marcan el desarrollo de producto

Los consumidores demandan:

  • Alimentos plant-based como hamburguesas vegetales, análogos de embutidos, quesos y postres sin ingredientes animales.
  • Productos funcionales y enriquecidos, con beneficios añadidos (vitaminas, fibra, proteínas vegetales, probióticos).
  • Formulaciones sin alérgenos como sin gluten, sin lactosa o sin frutos secos, adecuadas para públicos sensibles.
  • Alimentos de conveniencia seguros: refrigerados, listos para consumir, de larga vida útil, aptos para el estilo de vida actual.
  • Etiquetado claro, limpio y honesto, con lista corta de ingredientes, sin aditivos innecesarios y con información comprensible sobre origen y composición.

Retos técnicos desde la seguridad alimentaria

Estas demandas generan riesgos que requieren adaptaciones concretas en los sistemas APPCC y procedimientos internos:

  • Eliminación de conservantes tradicionales → requiere técnicas más precisas de conservación: pasteurización, atmósfera modificada, altas presiones o refrigeración controlada.
  • Nuevos ingredientes funcionales o proteínas alternativas → pueden alterar el pH o la actividad de agua, afectando la estabilidad microbiológica del producto.
  • Promesas como “sin alérgenos” → obligan a protocolos estrictos de limpieza, segregación, formación del personal y validación de ausencia.
  • Ampliación de la vida útil sin aditivos → exige validaciones de vida útil más frecuentes, análisis microbiológicos y simulaciones de condiciones abusivas.

Ejemplo práctico: innovación responsable

Una empresa lanza un snack vegetal con base de legumbre, enriquecido con calcio y sin aditivos. El producto se presenta como “sin alérgenos” y se consume en frío, directamente desde el envase. Para garantizar su inocuidad:

  • Se realiza un estudio de vida útil con análisis microbiológicos en distintos lotes.
  • Se rediseña el protocolo de limpieza para evitar contaminación cruzada en la línea.
  • Se actualiza el etiquetado conforme a los requisitos del Reglamento 1169/2011 y a las recomendaciones de la AESAN sobre alérgenos en 2025.

Gracias a este enfoque, el producto responde a lo que el consumidor busca, sin poner en riesgo su seguridad.

Oportunidades para la industria

  • Posicionarse como marca innovadora y segura, alineada con las demandas reales del consumidor.
  • Acceder a nuevos mercados (salud, conveniencia, dietas especiales) con productos diferenciales, pero con controles sólidos.
  • Reforzar la confianza y la reputación mostrando de forma transparente el compromiso con la seguridad alimentaria.

En definitiva, la innovación en la industria alimentaria solo es viable y sostenible si está acompañada de un sistema de control robusto, adaptado a cada nuevo producto. En 2025, el éxito no está solo en lanzar lo que el consumidor desea, sino en hacerlo bien, de forma segura, transparente y responsable.

6. Sostenibilidad y economía circular: ¿enemiga o aliada de la seguridad alimentaria?

¿Cómo puede la industria alimentaria avanzar hacia un modelo más sostenible sin comprometer la inocuidad de sus productos?

En 2025, el compromiso con la sostenibilidad es una obligación creciente para la industria alimentaria. La normativa europea, la conciencia ambiental y las expectativas del consumidor exigen avanzar hacia modelos productivos que reduzcan el impacto ambiental, favorezcan la economía circular y minimicen el desperdicio de alimentos.

Sin embargo, este camino hacia una industria más eficiente y responsable plantea nuevos riesgos que deben evaluarse desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. Cambios en envases, procesos o materiales requieren un análisis técnico cuidadoso para evitar que las buenas intenciones ambientales generen fallos en la protección del consumidor.

Iniciativas sostenibles más implantadas en el sector

  • Sustitución de envases convencionales por materiales reciclados, biodegradables o compostables.
  • Introducción de envases reutilizables o retornables, especialmente en bebidas, distribución o colectividades.
  • Revalorización de subproductos alimentarios como ingredientes, piensos o componentes funcionales.
  • Reducción del uso de agua y productos químicos en procesos de limpieza.
  • Aplicación de planes de prevención del desperdicio alimentario, incluyendo donación, reutilización o transformación.

Implicaciones para la seguridad alimentaria

Al aplicar estos modelos sostenibles, las empresas deben revisar su sistema APPCC y adaptar medidas de control específicas para garantizar la inocuidad del producto final:

  • Materiales de envasado alternativos pueden tener menor barrera frente a humedad, oxígeno o microorganismos, afectando la vida útil y la estabilidad del producto.
  • Envases reutilizables requieren procedimientos de limpieza y desinfección validados, además de sistemas de trazabilidad que eviten contaminación cruzada o deterioro.
  • Subproductos alimentarios deben ser evaluados como materias primas: su origen, trazabilidad y carga microbiológica deben estar controlados antes de su incorporación en productos aptos para el consumo.
  • La reducción de agua o químicos en limpiezas puede comprometer la eliminación de biofilms y residuos en equipos, aumentando el riesgo de contaminación si no se compensa con tecnologías equivalentes.

Ejemplo práctico: transición sostenible con garantías

Una empresa de conservas sustituye sus bandejas de plástico por envases compostables de base celulósica. Para mantener la seguridad alimentaria:

  • Realiza pruebas de migración específicas en contacto con el producto.
  • Ajusta las condiciones de sellado y temperatura en la línea de envasado.
  • Verifica la estabilidad del envase durante la vida útil, especialmente en productos con líquido de cobertura.

Este enfoque garantiza que la innovación ambiental no compromete la inocuidad, y refuerza la imagen de responsabilidad ante clientes y autoridades.

Oportunidades: sostenibilidad y seguridad alimentaria pueden avanzar juntas

  • Incorporar materiales y tecnologías que sean sostenibles y certificados para contacto alimentario.
  • Reforzar la trazabilidad de envases, ingredientes y subproductos mediante herramientas digitales.
  • Aprovechar los procesos de revisión ambiental para actualizar protocolos de limpieza, validación y verificación microbiológica.
  • Mostrar al consumidor un compromiso integral que combine sostenibilidad, salud y seguridad alimentaria demostrada.

La sostenibilidad no debe entenderse como un riesgo para la seguridad alimentaria, sino como una oportunidad para revisar, mejorar y fortalecer los sistemas de control. Las empresas que integren ambos enfoques con criterio técnico y visión estratégica podrán liderar un modelo alimentario moderno, seguro y responsable.

7. Déficit de talento técnico en seguridad alimentaria

¿Está la industria alimentaria española preparada, en términos de recursos humanos, para afrontar los desafíos actuales de la seguridad alimentaria?

En 2025, uno de los retos más persistentes para el sector alimentario español es la escasez de personal cualificado en seguridad alimentaria. Mientras se incrementan las exigencias regulatorias, las expectativas del consumidor y la presión para innovar, muchas empresas —especialmente pymes— operan con equipos técnicos limitados o insuficientemente formados.

Este problema en la captación de talento no solo dificulta el cumplimiento normativo, sino que compromete directamente la eficacia de los sistemas de autocontrol y la capacidad de reacción ante incidentes o inspecciones.

Causas del déficit de talento técnico

  • Escasa incorporación de perfiles especializados en calidad y seguridad alimentaria, especialmente en zonas industriales periféricas.
  • Falta de programas de formación continua que actualicen conocimientos frente a normativas, tecnologías o tendencias emergentes.
  • Poca cultura preventiva en muchas estructuras organizativas, donde la seguridad alimentaria se percibe como un coste y no como una inversión.
  • Alta rotación de personal en puestos clave, lo que impide consolidar buenas prácticas y mantener la trazabilidad organizacional.

Impactos reales en la seguridad alimentaria

La falta de formación y especialización técnica se traduce en:

  • Fallos en la implantación del sistema APPCC, con planes genéricos, mal adaptados o sin seguimiento eficaz.
  • Errores en el etiquetado y la declaración de alérgenos, especialmente tras reformulaciones de producto o cambios de proveedor.
  • Falta de control sobre proveedores y materias primas por desconocimiento de requisitos documentales o criterios de homologación.
  • Pérdida de oportunidades comerciales por no poder acceder a certificaciones reconocidas ni cumplir con auditorías externas.

Ejemplo práctico: riesgo por falta de formación

Una industria de IV gama lanza al mercado una línea de productos refrigerados plant-based sin alérgenos. Por falta de supervisión técnica, no se valida correctamente la eficacia del tratamiento térmico. Semanas después, un distribuidor detecta problemas de conservación y requiere una investigación. El resultado: retirada de lote, coste reputacional y pérdida de confianza de un cliente clave.

Soluciones prácticas: formar y profesionalizar al equipo

Para afrontar este reto, es clave apostar por:

  • Formación continua y adaptada a cada nivel de responsabilidad, desde operarios hasta técnicos de calidad o responsables de planta.
  • Desarrollo de una cultura de seguridad alimentaria transversal, que no dependa de una sola persona, sino que forme parte del ADN de la empresa.
  • Uso de herramientas y protocolos estandarizados que faciliten el cumplimiento y la mejora continua.

¿Cómo puede ayudarte CONSAEM?

Desde CONSAEM, diseñamos e impartimos cursos técnicos especializados en seguridad alimentaria, dirigidos a empresas del sector que buscan:

  • Formar a sus equipos en APPCC, alérgenos, trazabilidad, cultura de inocuidad o legislación actualizada.
  • Capacitar a nuevos perfiles técnicos o reforzar el conocimiento del personal existente.
  • Prepararse para auditorías de certificación (IFS, BRCGS, FSSC 22000).
  • Implantar programas internos de formación que generen resultados medibles.

Consulta nuestra oferta de cursos de seguridad alimentaria o solicita una propuesta formativa a medida para tu planta o cadena de suministro.

8. Internacionalización con condiciones: competir en mercados más exigentes

¿Qué retos plantea exportar alimentos desde España en 2025 y cómo garantiza la industria la seguridad alimentaria en destinos internacionales?

En 2025, la internacionalización sigue siendo uno de los principales motores de crecimiento para la industria alimentaria española. Sin embargo, exportar no es simplemente vender fuera: requiere cumplir con estándares legales, técnicos y culturales que varían según el país de destino, y que exigen una gestión rigurosa de la seguridad alimentaria, tanto documental como operativa.

Con una Unión Europea cada vez más exigente y terceros países que imponen barreras económicas y técnicas complejas, la competitividad internacional depende directamente del control de la inocuidad, la trazabilidad y la adaptación normativa.

Principales retos para exportar alimentos en 2025

  • Reglamentaciones divergentes por país: EE. UU. (FSMA), China, países del Golfo, América Latina o el sudeste asiático tienen requisitos específicos que difieren de la normativa europea.
  • Documentación técnica y certificados exigentes, incluyendo fichas técnicas, análisis de laboratorio, certificados sanitarios y de origen, pruebas de vida útil, etiquetado en idiomas locales, etc.
  • Auditorías de homologación por parte de distribuidores o cadenas de retail internacionales que requieren evidencia clara de controles robustos de seguridad alimentaria.
  • Restricciones a ciertos ingredientes o aditivos permitidos en España pero prohibidos en otros mercados.

Implicaciones directas para la seguridad alimentaria

Para acceder y mantenerse en mercados exteriores, las empresas deben:

  • Alinear sus sistemas APPCC con normas internacionales, especialmente si buscan certificaciones globales como IFS, BRCGS, FSSC 22000 o GlobalG.A.P.
  • Implementar planes de trazabilidad completos y digitalizados, capaces de demostrar el historial del producto desde el origen hasta el destino.
  • Cumplir con los requisitos de exportación sanitaria y aduanera, adaptando la presentación del producto y la documentación al país receptor.
  • Reforzar la formación del personal técnico en temas como controles oficiales en frontera, requisitos de etiquetado internacional y gestión de alertas transfronterizas.

Ejemplo práctico: adaptación exitosa al mercado norteamericano

Una empresa española de productos listos para consumir decide entrar en el mercado de EE. UU. Alinea su sistema de seguridad alimentaria con los requisitos del FSMA (Food Safety Modernization Act) y adapta su etiquetado a la normativa de la FDA. Esto implica:

  • Verificar la validación de su tratamiento térmico.
  • Implementar controles preventivos y registros detallados.
  • Nombrar un responsable local en EE. UU. y registrar su planta ante las autoridades.

Gracias a esta adaptación técnica, logra acceder a una cadena minorista norteamericana con gran volumen de ventas.

Oportunidades para las empresas preparadas

  • Diversificar mercados y reducir la dependencia del mercado nacional o de la UE.
  • Mejorar procesos internos al alinear el sistema de seguridad alimentaria con estándares internacionales.
  • Obtener ventajas competitivas al ser percibidos como proveedores fiables y responsables.
  • Ampliar la cartera de clientes en sectores con alta demanda de productos seguros, saludables y bien documentados.

¿Está tu empresa preparada para afrontar los retos del sector alimentario en 2025?

La industria alimentaria española atraviesa un momento de transformación profunda. El contexto actual exige adaptación ágil, compromiso técnico y anticipación estratégica para poder responder a:

  • Una normativa nacional y europea cada vez más exigente.
  • Un consumidor informado que valora la salud, la transparencia y la responsabilidad.
  • La necesidad de innovar en productos, procesos y envases sin comprometer la seguridad alimentaria.
  • La presión para avanzar hacia modelos sostenibles, trazables y competitivos a nivel internacional.

En este escenario, la seguridad alimentaria ya no es una tarea limitada al departamento de calidad: es un pilar transversal que define la viabilidad, reputación y proyección de cualquier empresa alimentaria.

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CONSAEM está aquí para ayudarte a cumplirlos con eficiencia, experiencia y compromiso.

¿Cómo puede ayudarte CONSAEM?

En CONSAEM trabajamos como consultora técnica especializada en seguridad alimentaria, acompañando a empresas del sector en la implantación, actualización y mejora de sus sistemas de control, con un enfoque práctico, directo y orientado a resultados.

  • Implantamos y renovamos certificaciones reconocidas:
    • IFS, BRCGS, FSSC 22000, ISO 22000
    • GDP para transporte y logística de productos alimentarios
    • ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001, entre otras
    • Huella de carbono y sostenibilidad alimentaria aplicada
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