La industria de alimentos congelados representa un importante foco de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), especialmente debido a su dependencia de la cadena de frío y los procesos industriales de alta demanda energética.
A medida que las normativas ambientales se vuelven más estrictas en España y Europa, la gestión de la huella de carbono en el sector de alimentos congelados ha cobrado mayor relevancia, convirtiéndose en una prioridad para gerentes y responsables de calidad de este sector.
Contenido
La huella de carbono en la industria de alimentos congelados
La huella de carbono en la industria de alimentos congelados es un indicador del impacto ambiental de las actividades relacionadas con la producción, procesamiento, almacenamiento y distribución de estos productos.
En este sector, las principales fuentes de emisiones incluyen:
- el consumo de energía para la refrigeración,
- las emisiones indirectas asociadas a la producción de electricidad y
- las emisiones del transporte refrigerado.
Según un informe de AENOR, el 70% de las emisiones del sector provienen de la energía utilizada para mantener la cadena de frío, lo que subraya la importancia de optimizar estos procesos.
Cómo calcular la huella de carbono en la industria de alimentos congelados
El cálculo de emisiones requiere utilizar metodologías estandarizadas que aseguren la precisión y comparabilidad de los resultados.
El Protocolo GHG que define los 3 alcances (para Emisiones directas e Indirectas) con la ISO 14064 y la ISO 14001 son de las más empleadas.
En el sector de los congelados, empresas como Pescanova han implementado el GHG Protocol para calcular las emisiones de sus plantas de procesamiento, identificando que el uso de refrigerantes de bajo impacto y la optimización del transporte podrían reducir su huella en un 15%.
Otras iniciativas del sector como MOVE TO -15°C, pretende modificar la legislación para reducir de -18ºC a -15ºC la temperatura de almacenamiento de alimentos congelados, tras un estudio que demuestra que no afecte a la seguridad alimentaria, la textura, el sabor o el valor nutritivo del producto, y si puede reducirse entre 10- 11 % el consumo de energía.
Para facilitar el cálculo de sus emisiones, muchas empresas utilizan software especializado que evalúa el impacto medioambiental de los productos en todo su ciclo de vida. Son conocidos como software LCA (Life Cycle Assessment) y el cálculo incluye las fases de preparación, producción, distribución, uso, reciclaje y disposición final del producto, con la producción de CO² como una de las categorías analizadas. Algunos como SimPro y OpenLCA, permiten modelar el ciclo de vida de los productos y calcular las emisiones en cada etapa, e integran datos específicos de la industria, como el consumo de energía en diferentes tipos de refrigeración (congeladores, túneles de frío) y las emisiones asociadas al transporte refrigerado.
Si tu industria es más modesta, el MITECO ofrece una calculadora de emisiones de CO² gratuita.
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Gestión y reducción de la huella de carbono en la industria de alimentos congelados
Una vez calculada la huella de carbono, la siguiente etapa es su gestión y reducción.
Esto implica la adopción de estrategias como la mejora de la eficiencia energética, la utilización de energías renovables y la optimización de la cadena de frío.
En España, grandes empresas como Nestlé y Findus han implementado proyectos de eficiencia energética en sus plantas de producción, logrando reducciones significativas en sus emisiones de GEI. Por ejemplo, Nestlé ha introducido sistemas de recuperación de calor y ha optimizado el uso de refrigerantes naturales, reduciendo sus emisiones en un 20% en los últimos cinco años.
Otra estrategia clave es la innovación en el transporte refrigerado. Según un estudio de Alimarket, el transporte representa entre el 10% y el 30% de la huella de carbono total de un producto congelado. Para mitigar este impacto, se están desarrollando tecnologías como los camiones refrigerados con sistemas híbridos y el uso de combustibles alternativos.
Normativa sobre la gestión de la huella de carbono
En cuanto a la normativa, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (Ley 7/2021) establece objetivos claros para la reducción de emisiones de GEI, afectando directamente a la industria alimentaria de congelados. Esta ley obliga a las empresas a reportar sus emisiones y a desarrollar planes de reducción, alineados con los objetivos del Pacto Verde Europeo, que busca alcanzar la neutralidad climática para 2050.
¿Cómo puede ayudarte CONSAEM?
En CONSAEM, te ayudamos a mejorar tu impacto ambiental, ofrecemos servicios de cálculo de la huella de carbono de tu industria alimentaria o empresa de transporte y logística, asegurando que cumplas con las normativas vigentes y con las exigencias de un mercado cada vez más comprometido con la sostenibilidad.